Libro: Razones para ser Omnívoro. Por tu salud y la del planeta.

La obra profundiza en la condición omnívora de los seres humanos, explorando el papel fundamental de la dieta equilibrada en la salud de las personas y su impacto en el planeta, así como el estatus moral de los animales. Aborda los retos a los que se enfrenta el mundo actualmente y busca promover una conversación informada y basada en la ciencia.

Este título no pretende ser solamente un libro de lectura, sino un manual de consulta, y sobre todo de reflexión, dirigido a los interesados en los animales y sus muchas contribuciones a la sociedad actual.

Su principal objetivo es generar un debate constructivo y enriquecedor, donde la ciencia y los datos sean la base de las decisiones relacionadas con la alimentación y el bienestar animal.

No se trata tanto de tomar posición como de introducir la ciencia en la conversación puesto que ésta ha perdido en gran medida su lugar en este debate que se sostiene más sobre la ideología que sobre el análisis sereno de los datos.

La ganadería juega un papel clave en la salud de las personas, porque los nutrientes que hay en la carne, la leche, los huevos o el pescado son muy difíciles de obtener solamente de los vegetales. Es posible lograrlo, pero muy difícil, e incluso con suplementos alimenticios la absorción no es la misma. No solamente se trata de que haya un componente, sino de que se absorba bien. Elementos como las vitaminas, el hierro o los aminoácidos son esenciales. Por ejemplo, por muchos clavos que nos comamos no vamos a tener hierro en sangre. Tenemos que adquirirlo de forma que se absorba, y mientras que el de las plantas prácticamente no se absorbe, el de la carne, sobre todo la roja, sí que lo hace muy bien.

Una dieta equilibrada que aporte estos nutrientes esenciales es absolutamente imprescindible para el desarrollo de los niños. En seis gramos de hígado de vacuno hay todo el hierro que un niño de dos años necesita, y para obtener esa misma cantidad necesitaría 400 gramos de espinacas, que además posiblemente no se absorba igual.

Según datos de la FAO, el 86 % de lo que el ganado ingiere son pastos y restos vegetales que nosotros no podemos comer. Por decirlo de forma más simple, en un campo de maíz nosotros nos comeremos las palomitas, pero las vacas se van a comer los tallos del maíz.

Y esto pasa en otros casos: las vacas u otros animales se comen las pieles de los cítricos; o una vez que se ha extraído el azúcar de la remolacha, lo que queda se lo come el ganado; o en la elaboración de la cerveza, lo que queda de las maltas ya consumidas se lo come el ganado; o los sueros que quedan una vez se ha elaborado el queso van para el ganado.

Es decir, hay miles de millones de toneladas de producto que si no se lo diéramos a los animales deberíamos desperdiciar, evitando además la generación de residuos contaminantes.

Los animales de compañía son fundamentales, pero actualmente hay movimientos que incluso se oponen a tener animales en casa, gente que habla de esclavitud de los animales de compañía.

Pero estos animales dan soporte emocional a millones de personas, en los hospitales acompañan a niños con ciertas enfermedades o sirven de apoyo para los menores en juicios por maltrato.

Además, no hay que olvidar que sin ganadería no hay animales de compañía, porque necesitan carne y pescado para vivir.

Eso es importante tenerlo en cuenta, porque luego hay quien opta por ser vegano, pero tiene un gato. Esto es complicado, porque tú puedes comer lo que quieras, pero desde luego un gato necesita comer carne.

Una actividad como la piscicultura ha permitido reducir la presión sobre las capturas de especies salvajes, permitiendo la recuperación de sus poblaciones.

Tampoco debemos olvidar la gestión que ejerce el pastoreo en la generación de paisajes diversos que permite el establecimiento de distintas especies de fauna salvaje.

La gran cantidad de subproductos vegetales generados en la actividad agrícola, si no fuesen utilizados como alimentos para la ganadería, supondría un grave problema ambiental

Es importante recordar que el 50 % de los fertilizantes que se usan en el mundo, son a base de estiércol de animales. Sin ellos tendríamos que recurrir a la síntesis química del nitrógeno, lo que representaría invertir grandes cantidades de energía en una actividad altamente contaminante.

Es importante destacar que, gracias a los animales, tenemos muchísimas medicinas para uso humano, como vacunas que se hacen a base de huevo o la heparina, un medicamento único para tratar ictus y otras cirugías que salva 100 millones de vidas todos los años y que se obtiene del cerdo.

El uso de animales en los procesos de experimentación médica todavía es imprescindible para el correcto desarrollo de los nuevos medicamentos.

Hay muchos productos que usamos de forma cotidiana que provienen de los animales, aparte de la leche, la carne o los huevos. Son productos con muchos usos industriales, cosméticos, médicos, fertilizantes, anticongelantes, etc. Y sin animales, deberíamos poner en marcha industrias para abastecernos de todo ello.

La ganadería extensiva es un elemento de gestión muy eficaz contra los incendios forestales.

El pastoreo permite reducir la carga de combustible en las masas forestales y gracias a esta acción de los animales, los incendios se reducen y además son menos importantes.

La a gestión de la ganadería extensiva genera paisajes diversos y mucho más resistentes frente al peligro de los incendios forestales.

Las fibras de origen animal como la seda, la lana, las plumas o la piel son mucho más sostenibles y menos contaminante que las fibras sintéticas o el algodón.

El uso de las fibras sintéticas son la primera causa de contaminación por microplásticos en el entorno marino y el algodón es el responsable del 12% del uso mundial de insecticidas.

Un aspecto de transformación social muy importante que permite la ganadería es la generación de recursos en zonas donde las mujeres no tienen acceso a la tierra, pero si a poder disponer de un pequeño número de cabezas de ganado.

Estos pequeños rebaños de animales, les permitirá generar recursos con los que comerciar y poder mejorar los ingresos destinados a la familia, lo que revertirá en las posibilidades de los hijos para mejorar su situación social.